¿Qué es lo que más nos importa en esta vida?
- J. D. Amador Maldonado
- 5 oct 2014
- 2 Min. de lectura
Lo que más amamos en nuestra vida es lo que nos lleva a definir nuestra forma de vida. Esto es lo que Jesús llama “un tesoro”, el lugar donde ponemos nuestro corazón.
El lugar donde ponemos el corazón ha de definir aquello por lo que nos esforzamos, lo que tiene prioridad por encima de todas las demás cosas. Nunca estaremos demasiado cansados, nunca será demasiado tarde, nunca estaremos lo suficientemente ocupados cuando se trata de nuestro tesoro.
Y de ahí es de donde podemos partir para entender ¿qué es lo más importante para cada persona en esta vida?
Nuestra vida inevitablemente sufrirá un desgaste ¿Por qué cosa hemos de desgastarnos en esta vida?
En esta vida hemos de batallar y experimentar problemas ¿por qué cosa hemos de experimentar estas situaciones?
Cuando Dios nos dice que nos hagamos tesoros en los cielos, no nos lo dice por una razón egoísta, nos lo dice como la forma correcta para cuidar nuestro corazón. No puede haber mejor lugar donde tener puesto nuestro corazón que en Dios.
Y la realidad es que como humanos no somos buenos manejando nuestras pasiones, pero si nuestro corazón está puesto en el lugar correcto, incluso aquello que nos apasione será ordenado y nos permitirá crecer, lejos de destruirnos. A final de cuentas fuimos diseñados por Dios para hallar en él nuestro gozo pleno.
Así que al considerar lo que más amamos en esta vida, debemos comprender que las cosas que fueron creadas, también tendrán un final. Pero al venir a ser hijos de Dios, hemos recibido la vida eterna y por lo tanto el lugar donde pongamos nuestro corazón debe corresponder en dignidad a esta vida eterna.
Es cierto que gozamos de la gracia de Dios en esta vida, y por esa gracia llegamos a poseer buenas cosas que alegran nuestra vida y la facilitan, disfrutamos de la compañía de personas que nos animan y nos alegran, y también participamos de actividades que nos entusiasman y fortalecen. Pero de todo esto, nada es tan importante como para no llegar a la meta, como para privarnos de la vida eterna. Así que dispongamos nuestro corazón para vivir dándole el valor correcto a cada cosa y persona, sin igualarlas o llevarlas por encima de Dios, de tal modo que entendamos las palabras del apóstol Pablo:
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
Romanos 14:22
Comments