El motivo correcto
- J. D. Amador Maldonado
- 19 oct 2014
- 2 Min. de lectura
Lectura Efesios 2:1-10
¿Por qué la gente hace lo que hace? Gente buena que hace maldades y gente mala que hace buenas obras. ¿Hay algo que aprender en la Biblia sobre ello?
Ya hemos hablado del problema real del ser humano: el pecado. Es por eso que el ser humano peca constantemente, a tal grado que aún las obras buenas llegan a ser fruto del egoísmo. Es claro que muchas cosas buenas son hechas con intenciones egoístas cuando se busca sacar ventaja de ello.
De la misma forma, toda intención de justificarnos, es como dice el profeta Isaías: trapo de inmundicia (Is. 64:6). Y eso significa que toda obra que hacemos llega a ser menos de lo que creemos que es.
Por eso la palabra de Dios nos dice que al nacer de nuevo, somos hechura de Dios, creados para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano para que andemos en ellas.
Y es que por más que busquemos otro argumento, la Biblia nos remite una y otra vez a la obra de Dios como lo único que es verdadero y correcto. Ninguna obra humana cuenta delante de él. Lo hemos visto en lo que Jesús nos dice que ocurrirá el día en que él vuelva y haya quienes habiendo hecho obras buenas, no hicieron al voluntad del Padre. Estos serán llamados hacedores de maldad. (Mt. 7:21-23). Esto es porque ellos buscaron su propia justicia, andando en sus propios deseos y propósitos.
Es verdad que esto no es popular entre los humanistas, ni siquiera entre los “cristianos” humanistas que piensan que el ser humano es capaz de sublime bondad y de alcanzar su propia santificación.
Sin embargo Romanos 3:20 nos dice que por las obras de la ley nadie será justificado, sino que la ley en realidad nos muestra que somos pecadores. Y esto pone de manifiesto que el ser humano no tendrá el motivo correcto para hacer las cosas hasta que sea libre del pecado. Pues Dios habiendo dado una ley para que por las obras el ser humano se justificara, lo hizo para que nos demos cuenta de nuestra incapacidad.
Y es por eso que nuestras obras solamente serán buenas cuando sean hechas por el motivo correcto, y eso sólo ocurre cuando somos renacidos por Dios.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Efesios 2:10
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